Resumen de pandemia.

Han pasado muchas cosas desde la última vez que escribí.


Por ejemplo, el 26 de Abril dejaron salir a los niños por primera vez a la calle. Pero para establecer las condiciones se armó un revuelo de mil pares de narices.

Primero se dijo que solo podrían acompañar a sus padres a hacer recados cotidianos. Y ardió twitter. Miles de padres indignadísimos, vídeos de niños  como si estuvieran en 3º de ciencias políticas y otras perlas del mundo pandemil... Se puso intensa la cosa.

El gobierno tuvo que rectificar, pues se jugaba la prórroga del estado de alarma, y la oposición iba a coger esas reclamaciones con sumo gusto para descuartizar toda su propuesta. Salvaron la situación como pudieron.  Prometieron un documento a parte donde se especificara que los críos sí podrían salir a dar paseos.

 “Podrán salir hasta 3 niños acompañados de 1 adulto, durante 1 hora al día, a 1 km de su casa, cumpliendo las medidas de seguridad, la distancia entre personas...,” etc etc.

Llegó el tan ansiado día, y volvió a arder twitter, la prensa, las demás redes sociales...la coña de los dueños de los perros se vio traspuesta a los padres de niños. Varios mensajes de odio. Salieron los policías de balcón sin hijos a protestar. Más mensajes de padres indignados porque ellos no son irresponsables… Esto nos está uniendo que da gusto. 


Una semana más tarde, la cosa de los contagios parecía ir remitiendo. Los hospitales estaban menos saturados, las cifras van siendo cada día más bajas, más esperanzadoras   Y por fin los adultos pudimos salir a dar paseos.
Se nos dio distintos horarios a los adultos, de los niños, de los mayores de 70 años, con la intención de separar a las personas de riesgo del resto de la comunidad.  Las reglas para los paseos eran sencillas.

"1 hora, 1 km a la redonda de tu casa, en tu horario (de 6 a 10 de la mañana y de 8 a 11 de la noche) y hasta dos personas del mismo domicilio."
También se nos permitía hacer deporte sin restricción de km pero siempre manteniéndose dentro del municipio, y  de forma individual.

Así que el sábado por la mañana, desde la primera hora se llenó la calle de runners y paseantes. En avalanchas. Cómo Benidorm en Agosto.Y las segundas oleadas de odio llegaron. 

A la semana siguiente, llegó el turno de las terrazas. Se abrió la hostelería, el sol brilló, y la cerveza fresquita nos llamaba que daba gusto. Y todos los runners que había hasta la fecha desaparecieron por arte de magia, quedando los de siempre. Eso sí, hay que pegarse por una silla.

Todo esto me hizo reflexionar. En comparación con los países anglosajones, yo  tenía nuestra nación por una comunidad abierta, cercana y tolerante, pero en cuanto nos hemos visto privados de la libertad, la envidia sale de lo más hondo de nosotros.  Eso y la picaresca para saltarse las normas ha sido lo más característico de estos días.

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